jueves, 16 de abril de 2009

Cuando tu marido se enamora de una compañera de trabajo.

Yo ya noté que pasaba algo raro cuando vi que mi ex marido, después de varios años juntos, frecuentaba y tenía predilección por una compañera de trabajo. Hasta que un día me lo confesó: se había enamorado de otra, se le había declarado y que quería dejarme. Me dijo que ella de entrada le contestó que no porque por lo visto le pilló de sorpresa pero igualmente quedaron en continuar viéndose fuera del trabajo con la idea de conocerse mejor y acabar juntos.

Cuando él me lo dijo mi primer impulso fue cortarle el cuello, picarlo a cachitos, mandarle a la mierda, partirle el cráneo a ésa con un martillo y que se confitasen los dos mutuamente y buscarme a otro mejor.

Él me dijo que nunca se habían acostado (eso me aseguró) y en esa misma conversación acabó diciéndome que a él le había sido necesario haberme confesado todo esto para darse cuenta de que con quien quería estar de verdad era conmigo (todavía no sé por qué) y que iba a cortar con ella (o eso me aseguró) y es lo que hizo (según su versión claro).

La verdad es que yo todavía me siento confundida y no entiendo nada. Y es un dilema que no he podido resolver.

lunes, 13 de abril de 2009

Peleas 3

El otro día entramos mi amada y yo en un bar y da la puñetera casualidad de que nos topamos de cara (también es mala suerte) con unos vecinos míos mayores que me han conocido novios chicos y que yo doy por hecho que no aprueban estas relaciones bis (que también es mucho dar por hecho, véte a saber: a lo mejor van a clubs liberales cada semana), pero total, que a mí me daba corte que me vieran dando señales de tener una novia en vez de un novio.

Ya ves tú que ridiculez de “señales” de novias debíamos dar, porque resulta que mi adorada “Ella” y yo íbamos inocente, decente, discreta y ambiguamente cogidas de la mano, solo así, sin dar ninguna otra señal concluyente de que somos novias (¿lo somos?) pero yo nada más ver a los señores, mecagoenlamar, cometí la cagada de soltarle de inmediato la mano a mi amor (como si su mano de repente me chamuscara) ¡qué horror! ¡qué desplante le hice! ¡Qué feo imperdonable! (burra de mí lo reconozco, meaculpameaculpameaculpa fui una cobarde vale sí, y una boba, me autofustigo, toma toma venga más ay ay qué daño, pupa ¿no me podría fustigar con una pluma de canario?) (¡Este desplante me lo hace ella a mí y le tiro de los pelos hasta dejarla calva...!)

Yo, por supuesto ya sabía que este mal gesto le iba a sentar como una patada en el culo y yo ya me esperaba la bronca monumental. Es verdad que mientras estuvimos en el bar ella mantuvo la compostura, saludamos a los señores y tal, (sin dar ninguna señal de lesbianismo), ella es un encanto cuando quiere, pero, ay madre, cuando nos sentamos a solas en la mesa, ya empezó a mirarme echándome rayos envenenados por los ojos, sin dirigirme la palabra y poniéndome unos morros que le llegaban a Groenlandia. Pero por lo menos mantuvo la compostura (ejem) hasta que salimos a la calle (algo es algo). Reprimió sus ansias asesinas.

Porque ¡anda una vez en la calle! Uf... imagínate con el mal genio y la mala leche que tiene cuando le da la gana... Fue ella a mí la que me dejó calva.

¿Qué por qué te cuento esto? Pues es un ejemplo muy tonto pero muy ilustrativo que me sirve mucho para que te des cuenta un poco de que hay muchos desencajes entre ella y yo desde que dejamos de ser solo amigas a pasar a ser novias (retomando el tema anterior de las peleas). A ver, en conclusión: ante una situación tan tonta como encontrarnos a unos señores en un bar ahora que somos novias tenemos que aprender a comportarnos de una manera concreta y pactada. En este caso: la próxima vez que nos encontremos en una situación así no nos soltaremos de la mano ¿Pa qué? Ay que ser burro... No sé si me explico.

Y hay mil situaciones al día en las que se da este desacople y que tenemos que aprender a encajar y a pactar. Y casi cada vez que desencajamos: bronca que te crió. Porque ya no digamos cuando se trata de situaciones mucho más íntimas, delicadas y peliagudas. Hay cosas que son incontables. O más difícil todavía: que cada una cuenta de una manera diferentísima a sus respectivos confidentes. Pero bueno, esto ya es otro tema distinto.

Espera que me parece que me he liao. No sé si me he explicado bien, porque la verdad es que yo misma me he hecho la picha un lío mientras escribía.

Para entenderme confío en los superpoderes de telépata del que lee.

miércoles, 8 de abril de 2009

Peleas 2 (respuesta a Giancarlo)

Da la casualidad de que Giancarlo en un comentario menciona un tema que yo también había pensado escribir más en el blog: las discusiones y peleas que tenemos “Ella” y yo.

De entrada, hay una cosa de “Ella” que odio horrores. Es la siguiente. Ella tiene la idea de que a sus parejas hay que darles caña ¿vale? Entonces claro, ¿qué pasa conmigo? Yo estaba convencida de que conmigo iba a hacer una excepción: lógico ¿o no? Al fin y al cabo aparte de amantes hemos sido y somos muy amigas. Pero ah amigo! ¡¿Una excepción?! ¡Que va! ¡Nanay! Tururú... Ni amigas ni puñetas, ni nada. Se pone cañera, agresiva, cruel y dura conmigo como si fuese yo una pareja suya normal y corriente. Y esto me toca la pera pero mucho. La pera y lo que no es la pera. Cuando se pone cañera conmigo es que la estrangularía, la mataría.

Porque además cuando se pone en plan “mala”-Cruela de Vil las dos sabemos que es una coraza falsa, estoy hasta el moño de decirle que conmigo no hace falta. Pero nada, que no le entra en la mollera a la María de la O, no hay tu tía.

Quizás tenía que haber adelantado que antes, cuando éramos solo amigas, nos respetábamos mucho mutuamente, éramos tolerantes, generosas, comprensivas, las dos, la una con la otra, y teníamos tensiones pero las sobrellevábamos bien, nos entendíamos y nos llevábamos muy bien.

Pero ¡madre mía! desde que nos enrollamos esto se ha roto. He conocido una faceta de ella que a mí antes nunca me había mostrado. Mejor dicho. Yo conocía esa faceta dura y repelente de ella de malvada de dibujos animados, pero no hacia mí. Y me he quedado de pasta moniato. Que trate a sí a otras personas sí, pero a mí no.

(Y no te digo nada cuando “Ella” lea este post. Huá...!!! Vamos, va a coger un cabreo que me va a coger de los pelos y ya la vamos a armar otra vez), y eso que no estoy contando de la mis a la mitad...

Oye, yo reconozco que también tengo parte de culpa.

¡Anda! Miro el reloj y veo que se me hace tarde. Tengo que dejar el blog ya. Me quedan unas varias cosas que contar pero ya lo remataré mañana o pasado. Me tengo que despedir.

A otra cosa mariposa.

lunes, 6 de abril de 2009

Vaya peleas!

¿Sabes? Desde que "Ella" y yo somos amantes tenemos unas peleas gordas y agrias como nunca. Cuando éramos solo amigas esto no nos pasaba, ¡vamos! ni soñarlo, ni en la peor pesadilla.

viernes, 3 de abril de 2009

Estoy en crisis! Socorro (mi mono CRONOMÉTRICO ha vuelto a visitarme)

Ya la noté, ya, abrazada a mi cuello como un mono, esta mañana al despertarme. “¡Argh! horror, pero qué es esto! Me la aparté de un manotazo y la oí huir por el pasillo (aún sin saber que era ella). “Debo haberlo soñado”.

Pero al entrar en la cocina a hacerme el café, confirmé que una presencia amenazante me acechaba por la espalda. Me armé con la cucharilla y me giré: “¡Ven aquí valiente, seas lo que seas, que te saco un ojo! Moriré con las zapatillas puestas”.

La oí corriendo por el comedor, y saltando el sofá. (¿Será una paloma contaminada que habrá entrado por la ventana?, ¿un fantasma? Ay dios, Espera! ¿No será una de esas una de esas ratas-mutantes de las alcantarillas que se habrá colado por el váter...?)

-Ajajá! –la acorralé tras el sofá- Ya te tengo! Ahí está...- ¡ah pero si eres tú hombre, ¡mi CRISIS! (¿Cuál de ellas? es que como vienen todas a visitarme religiosamente...) Deja que te vea bien. Ah, ya sé. Eres mi crisis de “Que-pasa-el-tiempo-vieja” (Vaya por dios, ya reaparece el dichosa CRISIS CRONOMÉTRICA. Vaya susto me has dado. Pero si pareces un mono; así que esta vez vienes en forma de mono; sí, eres igual que la mona Chita.

Hala, ven, maja, vamos a desayunar. Siéntate. Trae, mono CRONOMÉTRICO ¿quieres un donut? ¿Un bocadillo? ¡Oye, me salen unos pinchitos de tortilla ole! muá! Buenísimos, ¿Quieres probarlos? Ya veo que no... (¿Qué coméis las crisis en forma de mono CRONOMÉTRICO?). Oye tú, Te veo con cara un poco de plasta... no, no me empieces ya a coger demasiada confianza, no empieces a agarrarte de mi cuello como la última vez que viniste de visita. Menuda cara de tozuda que me pones... ¡Fuera! ¡Lárgate! ¡Será posible! Ni caso. La llevo colgada del cuello todo el día. Este mono es como El Cobrador del Frac. No me desharé de él en unos días, como cada vez que me ataca.
No me queda más remedio que aceptar su visita con resignación. Nos pasamos los días dilemeando. Siempre acabamos haciendo la misma lista: “Pros y contras de hacernos mayores”. (Es tan larga que acabamos hasta con el papel higiénico).

jueves, 2 de abril de 2009

Sexo anal, tragar semen, dilema lésbico

TENGO DOS DUDAS MUY GRANDES:

Por un lado, LA PRIMERA DUDA: SEXO ANAL Y TRAGAR SEMEN:

¿Qué hay que hacer si tu novio te pide sexo anal y que me trague su semen pero... A ver, vayamos por partes que me estoy haciendo un lío. Fue mi ex novio quien me lo pedía pero necesito saberlo para la próxima vez.

Mi ex me pedía sexo anal y que me tragara su semen, pero...

Respecto a lo del sexo anal, como yo hace años lo probé una sola vez con otro chico y me hizo daño y no me gustó yo creo que es por eso que no me ha apetecido y no me ha vuelto a apetecer probarlo nunca más.

Respecto a lo de tragarme el semen, tampoco me chifla, ni siquiera que eyaculen en mi boca es una cosa que me guste mucho tampoco, alguna vez lo hacía esporádicamente pero por satisfacerle a él, no por mí, (¿puede ser que esto tuviera una cierta-relativa importancia para que un chico te deje o se vaya con otra?)

En conclusión, ¿Cómo podría conseguir poder hacer sexo anal de una manera satisfactoria? Y ¿debo decirle que no rotundamente al chico por lo del semen o también satisfacerlo ni que sea esporádicamente?


Por otro lado: LA SEGUNDA DUDA: DILEMA LÉSBICO, relacionado con el anterior:

Por si fuera poco, este segundo dilema riza el rizo del anterior.

Resulta que “Ella”, mi pareja actual, me ha pedido que hagamos sexo anal. Me he quedado a cuadros. Y claro, ¿cómo? si somos dos tías. “Ella” ha propuesto que o bien con un vibrador (aparato que al que yo no le veo la utilidad, prefiero un hombre, déjate de vibradores) o bien, agárrate, con un hombre. Un trío (anal).

Tú imagínate,: si a mi ex novio le decía que no, imagínate estas dos alternativas. Uf!!
Yo estoy sobrepasada. No sé qué hacer

miércoles, 1 de abril de 2009

¿La bisexualidad es rara?

¿Por qué la bisexualidad es difícil de comprender? (En general, o al menos eso me parece a mí).

¿Verdad que mucha gente entiende que o bien se sea heterosexual o bien se sea homosexual (o lesbiana) pero no bisexual? ¿O sí? O al menos ésta es la impresión yo tengo, no sé si es así o no.

Me gustaría saberlo.
 
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